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domingo, 31 de mayo de 2015

"En política se necesita democracia, trabajo e ilusión, RenovadoresUPyD representa esas 3 claves" (Entrevista en Periodista Digital)

Como ya he hecho en otras ocasiones, una vez pasados unos días desde la publicación en el medio original, os dejo en el blog una entrevista que me hicieron el otro día. Concretamente dos días antes de las elecciones locales y autonómicas, por Miguel Ángel Malavia para Periodista Digital. Puedes leer el original pinchando en el siguiente enlace:



Sin jugar a ser profeta, ¿qué crees que nos depararán las elecciones autonómicas y municipales de este 24-M?

Nos van a deparar pluralidad y política por primera vez en muchos años. Parlamentos autonómicos y ayuntamientos acostumbrados a gobiernos de mayorías absolutas, en los que un partido hacía y deshacía sin dar cuentas ni explicaciones a nadie, se van a ver, tras el 24-M, con diversidad de agrupaciones y con la obligación para todas de hacer política, de pactar, de llegar a acuerdos. Se acabó el caciquismo como norma general. Se acabó la soberbia como forma de gobierno. Ahora toca hacer política de verdad.

¿Caminamos definitivamente hacia el fin del bipartidismo?

El fin del bipartidismo ya ha llegado en varias franjas de edad, por lo que sí podemos decir que caminamos hacia él. Ahora bien, el camino es largo y la marcha lenta. Entre los mayores de 65 años, el bipartidismo sigue estando fuertemente arraigado y cambiarlo aún nos costará mucho esfuerzo. Yo creo que fueron dos actores los que iniciaron el fin del régimen del 78: el 15-M en las calles y UPyD en las instituciones. La entrada de Rosa Díez en el Parlamento en 2008 fue la primera grieta en un sistema de bipartidismo imperfecto apoyado, cuando no tenía mayoría, en partidos nacionalistas. El fenómeno histórico del 15-M, por su parte, generalizó ese rechazo al sistema de élites extractivas y consiguió “despertar” a muchísima gente. De ambos comienzos hace ya años, pero de ambos hemos conseguido muchos frutos como sociedad. El cambio ahora, aunque lento, es imparable… Y si lo que quieres es que me moje más y te dé fechas (risas), te diré que ya en las Navidades de 2011, tras los recortes a funcionarios y pensionistas y la subida del IRPF, anuncié que la siguiente legislatura sería un Gobierno de coalición de PP-PSOE para mantenerse cuatro años más y, por fin, tras ella, se daría el final del bipartidismo. El tiempo ha ido demostrando que no iba muy desencaminado. Ojalá me equivoque y no tengamos que pasar por esa última legislatura PPSOE.

¿Está llegando un cuatripartidismo o, a la larga, no pueden convivir sin desgastarse dos grandes partidos a la derecha y a la izquierda?

La clave es que la dicotomía ha cambiado para grandes sectores de la población. La separación derecha-izquierda pervive en las franjas de mayor edad, pero, entre los jóvenes, la división más importante ya no es esa, sino la que forman los partidos del régimen del 78 y los partidos del siglo XXI. Los primeros –PP, PSOE, IU y nacionalistas– representan el sistema clientelar, aquel que tan bien definen Acemoglu y Robinson en su obra de lectura obligada Why nations fail. Gobiernan por y para sí. Usan el poder única y exclusivamente para su beneficio y el de “los suyos”, detrayendo rentas del conjunto de la población. Es lo que se conoce como élite extractiva; Por otra parte, tenemos a los partidos nuevos –Podemos, Ciudadanos, UPyD, Equo, PLib, etc.–, cuya credibilidad es mayor por el simple hecho de no haber robado a manos llenas como han hecho los primeros.
Al convivir dos dicotomías, izquierda-derecha y casta-renovación, la consecuencia lógica es ir a cuatro actores principales. Pero esto no quiere decir que los dos actores de la “renovación” vayan a ser siempre los mismos. Si bien el cambio en los actores principales de la casta (PP y PSOE) es muy complicado y requiere de mucho tiempo, el cambio de los de la renovación (actualmente Podemos y Ciudadanos) se puede dar en cualquier momento. Y esto es algo que hemos comprobado en los últimos meses con el despegue y desinfle de Podemos. Por tanto, si los dos nuevos actores quieren mantener posiciones protagonistas, tendrán que trabajar mucho para ello y, sobre todo, hacer hincapié en lo que les diferencia de PP y PSOE.

¿Consideras que algún partido ocupa hoy realmente el centro del tablero político en España, con propuestas que puedan ilusionar a ciudadanos de distintas ideologías?

Sí. Sin duda, UPyD. Y me dirás “las encuestas dicen lo contrario respecto a esa ilusión”… Y te diré que tienes toda la razón, pero porque la ilusión no solo la generan las propuestas. Me explico. UPyD recibe continuamente reconocimiento desde todos los ámbitos ideológicos por su trabajo y sus propuestas, por su seriedad, por su ejemplaridad…, pero no recibe un número determinante de votos. ¿Por qué? Por su dirección. No por sus propuestas, no por su trabajo, no por su posición en ese centro del tablero. Y esa sola clave, esa mala dirección, ese fatal liderazgo, hace que el reconocimiento a todo su trabajo no se traduzca en votos.

¿Cómo valoras el presente de UPyD? ¿Tiene futuro por delante?

El presente hasta el día 24 es muy complicado. UPyD tiene unos candidatos magníficos, profesionales que vienen con los deberes hechos y muy bien hechos, pero que piden el voto a una población en la que pesan sobremanera los líderes de los partidos. Muchos de esos magníficos candidatos no conseguirán poder representar a sus vecinos única y exclusivamente porque sus siglas están ligadas a un rostro que genera rechazo. UPyD sigue siendo para muchos “el partido de Rosa Díez”, y Rosa Díez cae mal a la inmensa mayoría de los votantes. No hay más que ver las encuestas de valoración: está al nivel de Rajoy, muy por debajo de Iglesias, Sánchez, Garzón o Rivera. Muchos antiguos votantes del PP no le perdonan que fuera del PSOE, muchos antiguos votantes del PSOE no le perdonan que lo abandonara y muchos nuevos votantes no le perdonan que lleve 36 años en cargos de representación. Ante semejante panorama, ¿por qué sigue al frente?
Y respecto al futuro, sí, sin duda UPyD tiene futuro. Tiene, mejor dicho, la oportunidad de tener un gran futuro. La dirección ha anunciado para el próximo mes de junio un congreso extraordinario. Si los afiliados eligen en el mismo un cambio de liderazgo y una democratización del partido, conseguirán relanzar su proyecto y ser, de una vez por todas, determinantes.

¿Cuál consideras que debiera haber sido la estrategia del Consejo de Dirección de UPyD desde las elecciones europeas del pasado año, cuando ya se empezó a advertir un retroceso en su crecimiento? ¿Qué explica que hoy este partido parezca haber cedido su espacio a otras alternativas emergentes?

Las elecciones europeas dejaron claras dos cosas: que UPyD no estaba capitalizando el descontento social y que otro partido entraba con fuerza en su espectro ideológico. La dirección debería haber tomado nota de ambas y actuado en consecuencia, en vez de ignorarlas como hizo. Era entonces cuando debían haber convocado el congreso extraordinario y planteado, como mínimo, dos cuestiones: ¿cambiamos a la portavoz? ¿Vamos a municipales y autonómicas en coalición con Ciudadanos? Y dejar que los afiliados y simpatizantes decidieran.
La explicación de por qué Ciudadanos está ilusionando a antiguos votantes de UPyD la comentábamos en la pregunta anterior. Empaticemos un poco. No todos los votantes tienen el mismo nivel de información que algunos de nosotros. No todos saben la ortodoxia con la que trabaja UPyD ni el pragmatismo con el que lo hace Ciudadanos. Muchos de ellos, muchísimos, simplemente se quedan con aquello que sus líderes les transmiten. Y, como decíamos hace un momento, Rosa Díez no transmite, no ilusiona, no gusta. Es cierto que los medios han ayudado sobremanera a su mala imagen, pero ese hecho no cambia la realidad. La inmensa mayoría de los votantes piensa que si UPyD y Ciudadanos no pactaron aquel 20 de noviembre de 2014 es porque Rosa no quería ceder un centímetro de poder. Esto no es cierto, ya que esas negociaciones nacieron muertas por ambas partes, pero es lo que los electores piensan. Y son ellos los que votan.

¿Quién sería para ti la persona ideal para liderar UPyD a partir del congreso extraordinario de junio?

El día antes del Consejo Político Nacional que siguió al fracaso de UPyD en las elecciones andaluzas, mandé una carta a todos los consejeros pidiéndoles que salvaran el gran proyecto que es UPyD del fracaso en las elecciones del día 24, cambiando a la portavoz del partido. Y les propuse a Irene Lozano. Les había preguntado cuántas veces habían escuchado aquello de “a mí me gusta UPyD, pero es que Rosa Díez…,” y les preguntaba después que cuántas habían escuchado aquello otro de “si estuviera esa otra chica, Irene Lozano...”. Yo, en mi ambiente, lo he escuchado infinidad de veces. Irene Lozano cae bien, ilusiona. Los ciudadanos la ven cercana, real, de la renovación y no de la casta. Además, la conocen, saben gracias a Jordi Évole las agallas con las que se ha enfrentado al mismísimo ministro de Defensa en el caso Zaida, y otros valoran su incansable trabajo parlamentario. Por cierto, la semana pasada le dieron el Premio Avizor a la diputada que más ha trabajado por el desarrollo y la lucha contra la pobreza en 2014. Creo, además, que representa el ala más progresista en UPyD y, ya en lo personal, te diré que ha sido la diputada por la que más representado me ha sentido durante toda la legislatura. En definitiva, espero que su candidatura a las primarias, Renovadores UPyD, consiga el apoyo de los afiliados y, juntos, puedan relanzar el proyecto.

Hasta ahora, con la prioridad puesta en las elecciones de este domingo, parece haberse paralizado el supuesto expediente a Irene Lozano que podría conllevar su expulsión de UPyD poco antes del congreso de junio. ¿Cómo valorarías que esta se pudiera llevar finalmente a cabo justo después por parte del actual Consejo de Dirección?

Lo veo inconcebible. Sería un suicidio. Un gesto inequívoco de que las intenciones de la dirección serían cerrar el partido. No creo que las bases de UPyD lo permitieran.

En caso de dejar de ser la portavoz de UPyD, ¿qué espacio piensas que debería ocupar Rosa Díez?

En la carta que mandé a los consejeros les decía textualmente: “Nadie le quita mérito a Rosa. Por supuesto, nadie le reprocha no haber defendido las ideas de UPyD. Tan solo le piden que siga defendiéndolas dando un paso atrás, dejando la portavocía con dignidad, altura de miras y solidaridad con sus compañeros de proyecto. Pasando a un segundo plano que reconozca su labor, pero no merme el número de votos, como una presidencia de honor, por ejemplo”. A día de hoy, tras su empecinamiento en mantenerse también para estas elecciones, a sabiendas de lo difícil que se lo ponía a todos los candidatos…, tengo sentimientos encontrados. Su tiempo ha pasado. UPyD tiene que dejar de ser “el partido de Rosa Díez” y ser, de una vez por todas, UPyD.

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Días más tarde, la página web de la candidatura a las primarias de UPyD, Renovadores UPyD, adaptó y publicó la entrevista también. Para lo que les dí un nuevo titular:




¿Cuál es el balance esencial que extraes de las elecciones autonómicas y municipales del pasado 24 de mayo? 
Nos han deparado pluralidad y política por primera vez en muchos años. Parlamentos autonómicos y ayuntamientos acostumbrados a gobiernos de mayorías absolutas, en los que un partido hacía y deshacía sin dar cuentas ni explicaciones a nadie, se han visto, tras el 24-M, con diversidad de agrupaciones y con la obligación para todas de hacer política, de pactar, de llegar a acuerdos. Se acabó el caciquismo como norma general. Se acabó la soberbia como forma de gobierno. Ahora toca hacer política de verdad.

¿Caminamos definitivamente hacia el fin del bipartidismo?
El fin del bipartidismo ya ha llegado en varias franjas de edad, por lo que sí podemos decir que caminamos hacia él. Ahora bien, el camino es largo y la marcha lenta. Entre los mayores de 65 años, el bipartidismo sigue estando fuertemente arraigado y cambiarlo aún nos costará mucho esfuerzo. Yo creo que fueron dos actores los que iniciaron el fin del régimen del 78: el 15-M en las calles y UPyD en las instituciones. La entrada de Rosa Díez en el Parlamento en 2008 fue la primera grieta en un sistema de bipartidismo imperfecto apoyado, cuando no tenía mayoría, en partidos nacionalistas. El fenómeno histórico del 15-M, por su parte, generalizó ese rechazo al sistema de élites extractivas y consiguió “despertar” a muchísima gente. De ambos comienzos hace ya años, pero de ambos hemos conseguido muchos frutos como sociedad. El cambio ahora, aunque lento, es imparable… Y si lo que quieres es que me moje más y te dé fechas (risas), te diré que ya en las Navidades de 2011, tras los recortes a funcionarios y pensionistas y la subida del IRPF, anuncié que la siguiente legislatura sería un Gobierno de coalición de PP-PSOE para mantenerse cuatro años más y, por fin, tras ella, se daría el final del bipartidismo. El tiempo ha ido demostrando que no iba muy desencaminado. Ojalá me equivoque y no tengamos que pasar por esa última legislatura PPSOE.

¿Está llegando un cuatripartidismo o, a la larga, no pueden convivir sin desgastarse dos grandes partidos a la derecha y a la izquierda? 
La clave es que la dicotomía ha cambiado para grandes sectores de la población. La separación derecha-izquierda pervive en las franjas de mayor edad, pero, entre los jóvenes, la división más importante ya no es esa, sino la que forman los partidos del régimen del 78 y los partidos del siglo XXI. Los primeros –PP, PSOE, IU y nacionalistas– representan el sistema clientelar, aquel que tan bien definen Acemoglu y Robinson en su obra de lectura obligada Why nations fail. Gobiernan por y para sí. Usan el poder única y exclusivamente para su beneficio y el de “los suyos”, detrayendo rentas del conjunto de la población. Es lo que se conoce como élite extractiva; Por otra parte, tenemos a los partidos nuevos –Podemos, Ciudadanos, UPyD, Equo, PLib, etc.–, cuya credibilidad es mayor por el simple hecho de no haber robado a manos llenas como han hecho los primeros.
Al convivir dos dicotomías, izquierda-derecha y casta-renovación, la consecuencia lógica es ir a cuatro actores principales. Pero esto no quiere decir que los dos actores de la “renovación” vayan a ser siempre los mismos. Si bien el cambio en los actores principales de la casta (PP y PSOE) es muy complicado y requiere de mucho tiempo, el cambio de los de la renovación (actualmente Podemos y Ciudadanos) se puede dar en cualquier momento. Y esto es algo que hemos comprobado en los últimos meses con el despegue y desinfle de Podemos. Por tanto, si los dos nuevos actores quieren mantener posiciones protagonistas, tendrán que trabajar mucho para ello y, sobre todo, hacer hincapié en lo que les diferencia de PP y PSOE.

¿Consideras que algún partido ocupa hoy realmente el centro del tablero político en España, con propuestas que puedan ilusionar a ciudadanos de distintas ideologías?
Sí. Sin duda, UPyD. Y me dirás “los resultados del 24M dicen lo contrario respecto a esa ilusión”… Y te diré que tienes toda la razón, pero porque la ilusión no solo la generan las propuestas. Me explico. UPyD recibe continuamente reconocimiento desde todos los ámbitos ideológicos por su trabajo y sus propuestas, por su seriedad, por su ejemplaridad…, pero no recibe un número determinante de votos. ¿Por qué? Por su dirección. No por sus propuestas, no por su trabajo, no por su posición en ese centro del tablero. Y esa sola clave, esa mala dirección, ese fatal liderazgo, hace que el reconocimiento a todo su trabajo no se traduzca en votos.

¿Cómo valoras la situación actual de UPyD? ¿Tiene futuro por delante? 
La situación hasta el día 24 ha sido muy complicada. UPyD tenía unos candidatos magníficos, profesionales que venían con los deberes hechos y muy bien hechos, pero que pedían el voto a una población en la que pesan sobremanera los líderes de los partidos. La mayoría de esos magníficos candidatos no consiguieron poder representar a sus vecinos única y exclusivamente porque sus siglas están ligadas a un rostro que genera rechazo. UPyD sigue siendo para muchos “el partido de Rosa Díez”, y Rosa Díez cae mal a la inmensa mayoría de los votantes. No hay más que ver las encuestas de valoración: está al nivel de Rajoy, muy por debajo de Iglesias, Sánchez, Garzón o Rivera. Muchos antiguos votantes del PP no le perdonan que fuera del PSOE, muchos antiguos votantes del PSOE no le perdonan que lo abandonara y muchos nuevos votantes no le perdonan que lleve 36 años en cargos de representación. Ante semejante panorama, ¿por qué seguir al frente ante las pasadas elecciones?
Respecto al futuro, sí, sin duda UPyD tiene futuro. Tiene, mejor dicho, la oportunidad de tener un gran futuro. La dirección ha anunciado para el próximo 11 de julio un congreso extraordinario. Si los afiliados eligen en el mismo un cambio de liderazgo y una democratización del partido, conseguirán relanzar su proyecto y ser, de una vez por todas, determinantes.

¿Cuál consideras que debiera haber sido la estrategia del Consejo de Dirección de UPyD desde las elecciones europeas del pasado año, cuando ya se empezó a advertir un retroceso en su crecimiento? ¿Qué explica que hoy este partido parezca haber cedido su espacio a otras alternativas emergentes? 
Las elecciones europeas dejaron claras dos cosas: que UPyD no estaba capitalizando el descontento social y que otro partido entraba con fuerza en su espectro ideológico. La dirección debería haber tomado nota de ambas y actuado en consecuencia, en vez de ignorarlas como hizo. Era entonces cuando debían haber convocado el congreso extraordinario y planteado, como mínimo, dos cuestiones: ¿cambiamos a la portavoz? ¿Vamos a municipales y autonómicas en coalición con Ciudadanos? Y dejar que los afiliados y simpatizantes decidieran.
La explicación de por qué Ciudadanos está ilusionando a antiguos votantes de UPyD la comentábamos en la pregunta anterior. Empaticemos un poco. No todos los votantes tienen el mismo nivel de información que algunos de nosotros. No todos saben la ortodoxia con la que trabaja UPyD ni el pragmatismo con el que lo hace Ciudadanos. Muchos de ellos, muchísimos, simplemente se quedan con aquello que sus líderes les transmiten. Y, como decíamos hace un momento, Rosa Díez no transmite, no ilusiona, no gusta. Es cierto que los medios han ayudado sobremanera a su mala imagen, pero ese hecho no cambia la realidad. La inmensa mayoría de los votantes piensa que si UPyD y Ciudadanos no pactaron aquel 20 de noviembre de 2014 es porque Rosa no quería ceder un centímetro de poder. Esto no es cierto, ya que esas negociaciones nacieron muertas por ambas partes, pero es lo que los electores piensan. Y son ellos los que votan.

¿Quién sería para ti la persona ideal para liderar UPyD a partir del Congreso Extraordinario del 11 de julio?   
El día antes del Consejo Político Nacional que siguió al fracaso de UPyD en las elecciones andaluzas, mandé una carta a todos los consejeros pidiéndoles que salvaran el gran proyecto que es UPyD del fracaso en las elecciones del día 24, cambiando a la portavoz del partido. Y les propuse a Irene Lozano. Les había preguntado cuántas veces habían escuchado aquello de “a mí me gusta UPyD, pero es que Rosa Díez…,” y les preguntaba después que cuántas habían escuchado aquello otro de “si estuviera esa otra chica, Irene Lozano…”. Yo, en mi ambiente, lo he escuchado infinidad de veces. Irene Lozano cae bien, ilusiona. Los ciudadanos la ven cercana, real, de la renovación y no de la casta. Además, la conocen, saben gracias a Jordi Évole las agallas con las que se ha enfrentado al mismísimo ministro de Defensa en el caso Zaida Cantera. Valoran su incansable trabajo parlamentario. Por cierto, hace unos días le dieron el Premio Avizor a la diputada que más ha trabajado por el desarrollo y la lucha contra la pobreza en 2014. Creo, además, que representa el ala más progresista en UPyD y, ya en lo personal, te diré que ha sido la diputada por la que más representado me ha sentido durante toda la legislatura. En definitiva, espero que su candidatura a las primarias consiga el apoyo de los afiliados y, juntos, puedan relanzar el proyecto. En política se necesita democracia, trabajo e ilusión, Renovadores UPyD representa esas 3 claves.

Tras anunciar que dejará de ser la portavoz de UPyD, ¿qué espacio piensas que debería ocupar Rosa Díez?
En la carta que mandé a los consejeros les decía textualmente: “Nadie le quita mérito a Rosa. Por supuesto, nadie le reprocha no haber defendido las ideas de UPyD. Tan solo le piden que siga defendiéndolas dando un paso atrás, dejando la portavocía con dignidad, altura de miras y solidaridad con sus compañeros de proyecto. Pasando a un segundo plano que reconozca su labor, pero no merme el número de votos, como una presidencia de honor, por ejemplo”. A día de hoy, tras su empecinamiento en mantenerse también para estas elecciones, a sabiendas de lo difícil que se lo ponía a todos los candidatos…, tengo sentimientos encontrados. Su tiempo ha pasado. UPyD tiene que dejar de ser “el partido de Rosa Díez” y ser, de una vez por todas, UPyD.

Entrevista realizada por Miguel Ángel Malavia
Foto de cabecera: Sofía Fernández para Revista Magna

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lunes, 25 de noviembre de 2013

"La culpa de nuestra crisis es nuestra, no intentemos echársela a Lehman Brothers" (Entrevista en Magna)

Hace años escuché a alguien decir que, en las cuentas personales, el blog actuaba como el 'país' y las redes sociales como las 'embajadas', y que por tanto si querías que de algo quedara constancia no podías compartirlo sólo en tus redes y debías hacerle un hueco en tu "país" - blog -. Así pues, como ya hice la semana pasada en mis "embajadas" (Twitter, Facebook...), comparto con vosotros la entrevista que me hizo Revista Magna. Os dejo algunas de las preguntas más relacionadas con la temática del blog y el enlace a la entrevista completa, que podéis leer pinchando aquí: 


Fotografía de Sofía Fernández, Revista Magna

(...)
Eres un tipo políticamente activo
Más que políticamente activo, me considero activista político, entre comillas.
Te vemos defendiendo tus ideas en algunos debates televisivos. ¿No crees que se han convertido en un circo en el se está compitiendo por ver quién habla más fuerte o quién la tiene más larga?
Sí, y es que en España no tenemos aún cultura política, entonces los debates tienen un nivel bajísimo. Cuando he ido a la televisión, a cualquier debate, lo primero que hacen los tertulianos, o como los quieras llamar, es analizar dos o tres minutos de tu discurso para ponerte una etiqueta. En el momento que te ponen esa etiqueta, ya cogen todo la retahíla de tonterías de un lado o de otro, y van a intentar pillarte. Yo, que me considero una persona liberal y progresista, socioliberal, ¿cómo le explico a una persona que me quiere poner una etiqueta de izquierdas o derechas que estoy entre la socialdemocracia y el liberalismo, en tanto que quiero mantener el estado del Bienestar, pero no quiero que se siga despilfarrando con la elefantiasis del Estado que tenemos?. No lo va a entender. Si yo defiendo la sanidad pública, porque me implico en la Marea Blanca y demás, me va a llamar rojo. En el momento que digo que me parece bien que se fusionen ayuntamientos o que quiero acabar con las subvenciones, tanto a unos como a otros, me llamarán facha. En España no hay cultura política. Aquí buscamos la etiqueta.
La historia de las dos Españas…
Totalmente. No somos capaces de hablar solo de ideas. Estamos atrincherados. Es muy triste, pero no veo solución a corto plazo. Nos falta muchísima cultura política.
Hablas de las etiquetas ideológicas y recuerdo un post en el blog Cuarto Poder, en el que se te llama upeydísta. Mandaste una rectificación de que no estabas afiliado al partido de Rosa Díez y que no formabas parte de ellos.
Hace muchos años, mi padre nos dijo a mis hermanas y a mí que no formáramos parte de ninguna lista: “Niños, vuestro nombre solo en el DNI, y porque es obligatorio”. Yo he intentado llevarlo a rajatabla. El nombre de mi blog es mi propio nombre, rafapacheco.com, no quiero que se me meta en ninguna temática, quiero poder ser totalmente independiente. Pero como en las últimas elecciones, al analizar las diferentes opciones desde el blog, recomendé a UPyD, pues la gente ya tuvo su excusa. La estaban deseando para poder señalar y decir: “Eres de UPyD”. No, en todas las elecciones analizo el programa del partido y su trayectoria, y luego, decido. El que tenga amplitud de miras, lo entenderá, y el que no, pensará que por votar a UPyD ya soy de ese partido. Y es debido a ese hooliganismo que existe en la política española: si votas a uno, ya tienes que votarlo siempre. En el Senado, por ejemplo, voté a Escaños en Blanco, y lo dije abiertamente. Pero, claro, como es un partido minoritario y no lo conoce casi nadie, nadie me pone esa etiqueta. También mucha gente me dice que Rosa Díez es tal y cuál. Yo les digo que he votado a Manuel Hernández, que yo he votado en Murcia. ¿Qué me estás contando de Rosa Díez? Yo he votado un programa. Pero en España se sigue votando una cara, o por si te cae mejor o peor. Necesitamos un poco de madurez democrática.
No te ves en ninguna lista de un partido político, ¿no?
Es difícil que yo entre en un partido político porque soy bastante crítico y si viera algo del programa que no me gustara, daría bastante caña. Y eso en las formaciones políticas actuales no te creas que está muy bien visto. Además, no creo que esté suficientemente formado como para representar a la sociedad en ninguna institución. En un futuro, con 50 años, como independiente en una lista, pues a saber…No me importaría, porque quiero cambiar las cosas.
Viendo las actitudes de los políticos actuales, se me antoja difícil llegar a esa madurez democrática de la que hablas.
Ahora mismo estamos viviendo una demonización de la clase política per se. Lo que han hecho PP, PSOE, IU y nacionalistas, que son los que yo llamo el establishment, nos hace pensar que todos los políticos son iguales, que todos los que lleguen van a ser iguales. Es un error en el que no debemos caer los que estamos medianamente preparados y tenemos interés en cambiar las cosas. ¿Todos los políticos son iguales y no vemos una clase política con interés en cambiar las cosas? No, no lo vemos en el establishment, en esos 4 que se repartieron la tarta del poder en la falsa transición que tuvimos (tan mitificada como está), con una Ley Electoral totalmente injusta y con un reparto competencial a las Comunidades Autónomas que deja mucho que desear. No todo el que es político es malo. Por ejemplo, Irene Lozano, que es una diputada del Congreso que se presentó por UPyD aunque iba como independiente. Coño, la sigo activamente y creo que está haciendo una labor estupenda. ¿La podemos meter en el saco de la clase política? No, creo que hay que diferenciar. Aquí al lado, en Torrelodones, gobiernan Vecinos Por Torrelodones, un grupo de personas que ha llegado esta legislatura y ha pegado un vuelco increíble al Ayuntamiento, tanto que han conseguido superávit al eliminar toda la red clientelar que tenía el anterior consistorio. Son políticos, pero no forman parte del establishment, hay que tener muy clara esa diferenciación.
Aun así, ¿crees que el que entra en el poder puede no corromperse de alguna manera? Si no, mira lo que está pasando con los sindicatos…
Es que a UGT y a CCOO los considero parte del establishment, si no mira como estaban en los consejos de Administración de las cajas de ahorros, desde las que dilapidaron nuestro dinero. Y no olvidemos que la mayoría de los protagonistas del rescate bancario, pagado con nuestro dinero, son cajas. Entonces, ¿sindicatos? Los habrá buenos, desde luego UGT y CCOO, no. Y en cuanto a la corrupción, nos quieren hacer creer que los que lleguen harán lo mismo y que si no han robado ha sido porque no han tenido la oportunidad. Ese supuesto es una falacia, porque no puedes ver el futuro. Tiene fácil solución y lo dije en un tuit que de vez en cuando rescato: paso 1, dejar de votar a los que han robado; paso 2, votar a otra gente; y paso 3, si a los que has votado también roban, volver al paso 1. Eso es la democracia: castigar al corrupto y premiar al honrado.
(...) Sigue leyendo aquí.
Esta última respuesta ocasionó que me hicieran un gif con dichos pasos --> ¿Cómo acabar con la corrupción?. Gracias Raquel, es divertido y explicativo.

Por cierto, el título del post es una frase que dije en la entrevista y que debió gustar al periodista, ya que tras ella apagó la grabadora y dijo "Creo que ha quedado muy bien", en vuestra mano está afirmarle o contradecirle ;)